Si algo tienen de diferente los americanos (y mira que tienen cosas diferentes) es que saben hacer y comer hamburguesas. Lo que se puede comer casi en cualquier restaurante, pub o garito de los Estados Unidos no tiene nada que ver con lo que nos llega a nosotros en McDonals, hamburgueserías de barrio y cadenas sucedáneo de comida americana. La hamburguesa al otro lado del charco, es todo un ritual y puede ser hasta alta cocina. De las muchas que he comido por este mundo de Dios, hablaré de las que más conozco, las de Boston, ya que en muchos sitios no han sido ni una ni dos ni diez las veces que he comido, de tal modo que hablo con cierto criterio.