3 de marzo de 2010

Sevilla express by night

Haciendo gala del hedonismo que impregna este blog, os envío calentita, calentita, esta crónica del "paseito" que me acabo de dar por Sevilla.

Heme aqui por "viaje de negocios" (mañana reunión en la junta), pero gracias a mi buen amigo Conrado, pesado y faltón donde les haya, he podido conocer esta ciudad donde no había puesto el pie acompañado de un buen Cicerone. El mapa en Google.


21:00. Comenzamos en el gran hotel Lar: 40€ IVA incluido la habitación individual... con tres camas.

Non internamos a través de los jardines de Murillo en el barrio de Santa Cruz, típico total, con sus callejuelas estrechas adoquinadas, sus casas blancas a ambos lados prácticamente tocándose los balcones... una preciosidad.

Aqui hacemos parada en la plaza de los Vernerables Sacerdotes. Cuenta la leyenda que en la iglesia que hay en esta plza recluían a los curas que pillaban cometiendo pecado carnal, y allí están enterrados algunos. Pero cualquiera se fía siendo la fuente quien es. Primera parada en el bar de enfrente, manzanilla y tapa de jamón.

Seguimos callejeando hasta la bodega Santa Cruz de Las Columnas. Nadie en su sano juicio debe dejar de entrar en esta tasca, pedirse una segunda manzanilla con, pongamos, buñuelos de bacalao, y contemplar como te van apuntando el importe de las consumiciones con tiza en la barra. Y si según entras España marca el segundo a Francia, mejor que mejor.

Nada más salir te topas de bruces con la catedral y su Giralda, de la que qué decir... acojonante (aunque las dos manzanillas magnifican su belleza). Si eres hábil puedes encontrar un rincón máginífico en una placita cercana de cuyo nombre no me acuerdo (ver en el mapa).

Salida por los reales alcázares hasta el Guadalquivir. Nota: lo que llamamos Guadalquivir es en realidad una dársena artificial, el verdadero río va por fuera de la ciudad. Cruzamos el puente hacia el barrio de Triana sin dejar de comtemplar la Torre del Oro.

Recorremos la calle Betis, junto al río, hasta llegar a La Alabriza, el típico bar donde debes ir si quieres ser alguien en Sevill. Nótese el ostión: dos manzanillas (y van cuatro), media de jamón y media de lono, 47 eurazos del ala. Menos mal que paga la empresa.

Cruamos por el puente de Triana hasta darnos de bruces con la Maestranza. Enfrente, junto al río, ensayan las bandas para la semana santa. Ver cómo progresan (impresionante documento, no me negaréis mis cualidades para la cinematografía y cómo se me puede llegar a subir la manzanilla):

De vuelta al hotel, pasamos por el hotel Alfonso XIII, donde por 40€ no te dan ni los buenos días, y el edificio de la compañía de tabacos, actual universidad.

Vuelta al hotel. 23:30, diana y buenas noches. A escribir al blog y hasta mañana.

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